Recursos
   

 

Cuba tiene la mejor infraestructura para el estudio de la Micología en el área del Caribe y posiblemente en toda América Latina. En el país existen al menos 40 instituciones que están relacionadas con el estudio de los hongos en aspectos como la taxonomía, ecología, micología médica y veterinaria, micología industrial y biotecnología, fitopatología, etc. (Anexo 9); además de redes de laboratorios y estaciones provinciales agrícolas, forestales y relacionadas con la salud animal y humana.

 

Según la base de datos de los miembros cubanos de la Asociación Latinoamericana de Micología en 1996 habían unos 140 investigadores y técnicos laborando en esta temática (Anexo 10). Muchos de estos micólogos son especialistas de reconocido nivel internacional y en realidad este número es solo un aproximado del total de personas que de una forma u otra trabajan vinculados al estudio de los hongos.

Colecciones micológicas

 

Ceparios

De acuerdo a la Base de Datos del Centro de Información de las Colecciones Cubanas de Cultivos Microbianos existen 17 instituciones que mantienen ceparios de estos organismos con distintos fines (Anexo 11). 

 

El principal de ellos es el cepario del Instituto de Investigaciones Fundamentales en Agricultura Tropical (INIFAT) el cual conserva actualmente mas de 4 000 cepas de hongos, siendo el mayor de Cuba y América Central y uno de los mayores del trópico en hongos conidiales (anamorfos).

 

Existen ceparios importantes en el Instituto de Investigaciones de  la Industria Alimenticia (IIIA), en el Instituto  Cubano de Investigaciones de los Derivados de la Caña de  Azúcar (ICIDCA) y en el Instituto de Medicina Tropical “Pedro Kourí” (IPK) que mantienen microorganismos relacionados con el perfil de sus tareas, particularmente este último es único de su tipo en Cuba y conserva la mayoría de hongos causantes de micosis en el hombre.

 

El Instituto de Ecología y Sistemática (IES) ha logrado establecer un cepario de hongos glomáceos el cual reúne en estos momentos más de 100 cepas procedentes de 7 países, lo cual constituye la base para la producción del MicoFert Certificado, nombre comercial de un substrato con cepas seleccionadas de hongos micorrizógenos VA y su microflora asociada, el cual ha sido ensayado en numerosas experiencias desarrolladas en condiciones de campo y casa de vegetación con muy buenos resultados. Puede considerarse que este cepario es uno de los más importantes de su clase en los trópicos y el más importante de Cuba.

 

Existen además pequeños ceparios para trabajos determinados como por ejemplo para producciones biotecnológicas, cultivo de hongos comestibles, docencia, investigaciones médicas.

 

Sin embargo, en la base de datos no se encuentran registrados algunos ceparios importantes como el del Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal (INISAV) que conserva hongos patógenos o relacionados con las enfermedades de plantas, así como los que se usan en la lucha biológica.

 

Herbarios

Existen en el país varios herbarios que incluyen hongos en sus colecciones. Entre ellos tenemos el herbario del Instituto de Ecología y Sistemática, del CITMA, con colecciones del orden de 20 000 ejemplares, principalmente dedicado a hifomicetes, afiloforales y líquenes, y el herbario del Jardín Botánico Nacional con 7 373 ejemplares, principalmente dirigido a los ascomicetes y basidiomicetes. En el Instituto de Investigaciones Fundamentales en Agricultura Tropical también hay una importante colección de muestras secas, en su mayoría de hongos anamórficos saprobios.

 

Existen también pequeños herbarios en otras instituciones como Institutos Pedagógicos, Universidades, etc., entre ellos resaltan el del Centro de Evaluación y Conservación de Ecosistemas Terrestres, de Camagüey, con un herbario de más de 500 ejemplares de hifomicetes y el del Instituto de Investigaciones Forestales que incluye hongos patógenos, mayormente basidiomicetes.

 

Es importante resaltar que a partir de la caída del campo socialista y del recrudecimiento del bloqueo a nuestro país por parte de los EE.UU., se han incrementado notablemente las limitaciones económicas que como país en vías de desarrollo teníamos. Esto explica que a pesar de los esfuerzos del estado cubano haya sido imposible mantener los mismos niveles de apoyo material a la actividad científica, trayendo esto como consecuencia afectaciones en la infraestructura creada.

 

Posiblemente, las dificultades materiales que  existen en la actualidad para el mantenimiento de las colecciones micológicas de referencia, sea una de las afectaciones que más repercusión tenga en el desarrollo de la Micología en Cuba. No menos importantes son los problemas con las comunicaciones y la información científica actualizada. También se debe mencionar que existen instituciones con las siguientes limitaciones: equipamiento científico obsoleto, reactivos e insumos insuficientes para el trabajo investigativo, vehículos para las expediciones viejos y en mal estado técnico y escasez de combustible que impide el acceso a zonas alejadas y ricas en biodiversidad.

 


CONCLUSIONES

  1. En el país hay una gran cantidad de instituciones que incluyen el estudio de los hongos en sus líneas de investigación, algunas incluso con buena infraestructura y adecuados recursos.

  2. En Cuba existe un número considerable de profesionales y técnicos capacitados que laboran en las diferentes ramas de la Micología.

  3. En general hay problemas con las comunicaciones, pocas revistas micológicas actualizadas en las bibliotecas del país y escasa literatura en algunos grupos taxonómicos. También hay dificultades económicas y burocráticas para la implementación de mecanismos ágiles que permitan a los investigadores y técnicos el acceso a redes de información como  Internet.

  4. Existen instituciones con dificultades materiales como: equipamiento científico obsoleto, reactivos e insumos insuficientes para el trabajo investigativo, vehículos para las expediciones viejos y en mal estado técnico y escasez de combustible que impide el acceso a zonas alejadas y ricas en biodiversidad.

  5. Falta de recursos para el adecuado mantenimiento de las colecciones (ceparios y herbarios)

 
 
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